¿Puede el Ford Mustang ser el coche familiar que no sabías que necesitabas?

Cuando pensamos en el Ford Mustang 5.0 V8 de 450 CV, nos vienen a la cabeza imágenes de largas carreteras, curvas emocionantes y el rugido imponente de su motor. Sin embargo, decidimos someterlo a otro tipo de prueba y utilizar este icónico deportivo como coche familiar durante una semana.

El Ford Mustang, a fondo

Instalar una sillita de bebé, cargar el carrito en el maletero, hacer la compra, viajar con él en familia, llevar a los pequeños a la guardería y someterlo a tareas cotidianas para otro tipo de coche, fueron las pruebas a realizar para ver si un Mustang puede realmente cumplir con las exigencias del día a día en familia.

La instalación de la sillita: Un pequeño reto

El Mustang cuenta con ISOFIX, así que instalar la sillita es posible, aunque no tan fácil como en un SUV como puede ser un Ford Kuga, -por compararlo con un coche del mismo fabricante- donde el acceso a las plazas traseras es mucho más cómodo. Aquí los asientos no abaten tanto hacia adelante, lo que complica un poco colocar o sacar al bebé. Sin embargo, una vez instalada, esos pequeños inconvenientes se olvidan en cuanto arrancamos el motor. El sonido del V8 compensa todo, haciendo que cada trayecto sea una experiencia única.

Un maletero más práctico de lo esperado

Aunque el Mustang no está pensado como un coche familiar, como es obvio, sorprende la capacidad de su maletero. Gracias a su profundidad, se puede guardar sin problema el carrito del bebé y aún quedó espacio para dos maletas de equipaje de mano. Para un coche de su categoría, esta capacidad es destacable y lo hace viable para escapadas en familia o viajes cortos.

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Una vista panorámica genial a los más pequeños

Una de las cosas que más sorprende en el Mustang fue como la luna trasera inclinada ofrece al bebé una vista panorámica incomparable. Al viajar a contramarcha, si llevamos un pequeño en la sillita irá entretenido mirando todo lo que le rodea, algo que difícilmente se encuentra en un SUV tradicional. Esos momentos de calma en el coche, donde el bebé disfruta del paisaje, son un gran punto a favor del Mustang como vehículo familiar.

Suspensión dura, sí, pero no incómoda

Otro aspecto que llama la atención es la suspensión del Mustang. Aunque es más firme que la de un SUV o un compacto convencional, en el modo normal ofrece un nivel de confort aceptable incluso al pasar por baches o irregularidades de la carretera. Por su parte, el modo Sport o el modo Circuito endurecen la suspensión así como la dirección para obtener una respuesta más precisa del coche. Dos modos perfectos para cuando queramos que deje de ser nuestro “familiar” y le toque ser el muscle car que es realmente.

Eso sí, hay que tener en cuenta que al tratarse de un coche deportivo con una carrocería baja hay que tener cuidado al cruzar badenes o rampas para evitar rozar los bajos. Con un poco de precaución, se puede disfrutar del Mustang en el día a día sin comprometer demasiado la comodidad.

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Cambio manual para ir relajado… o para disfrutar

En cuanto al cambio, si conducimos como lo haríamos con un coche de diario y en modo normal, los ocupantes no notarán nada más allá del ruido que haga el motor al subir de vueltas y del sistema de igualar revoluciones, que entra al reducir marcha y que puede hacer que se note un pequeño tirón. Sin embargo, si vamos solos y queremos disfrutar del coche, al estirar las marchas notaremos un cambio más tosco que te pegará al asiento entre marcha y marcha.

Diversión asegurada en cada trayecto

Por supuesto, como ya hemos hablado, el Mustang cuenta con unos cuantos modos de conducción, desde el más normal hasta el más deportivo, pasando por uno específico para carreras de aceleración. Uno de los aspectos más divertidos del Mustang es su capacidad para ajustar el sonido del escape. Pudimos elegir entre un modo más discreto para ciudad o un rugido agresivo para carretera abierta, aunque es difícil no llevarlo en el modo más agresivo todo el tiempo.

Cabe destacar que el ruido no molesta, pues al subir la ventanilla es imposible no escuchar el coche, pero está bastante bien aislado. Así que podemos decir que la experiencia de conducción es, sin duda, emocionante. Eso sí, el consumo no bajó de 13,8 litros a los 100 km, algo esperable en un coche con estas prestaciones.

Otro de sus puntos interesantes para quien conduce es la posibilidad de adaptar el cuadro de instrumentos a cada modo de conducción. De hecho, para los más nostálgicos, el Mustang cuenta con un cuadro réplica del Fox Body de los años 80.

Tecnología que nos conecta

El sistema multimedia del Mustang funciona de manera bastante fluida. Con Apple CarPlay funcionando sin problemas y pudiendo mantenerlo en una parte de la gran pantalla central mientras en la otra tenemos el software propio del coche, de una manera muy fluida pudimos reproducir tanto nuestras listas de Spotify como canciones infantiles como “La vaca Lola” para entretener al pequeño. El sistema de sonido es potente y claro, añadiendo un toque premium a cada viaje.

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Por otra parte, tanto los colores de las letras del menú, como todas las luces LED del interior del coche, son totalmente personalizables, por lo que siempre combinará con tu estilo o con el de tu Mustang, independientemente del color en el que te lo compres.

¿Puede el Mustang ser un coche familiar?

Después de esta semana, podemos decir que el Ford Mustang 5.0 V8 es más versátil de lo que parece. Su luna trasera inclinada que ofrece una vista panorámica, su maletero sorprendentemente amplio, y la emoción de conducir un deportivo como este lo convierten en una opción inesperada, pero emocionante, para quienes no quieren renunciar a un coche con carácter, incluso siendo una familia.

Los mejores coches familiares

Es cierto que no es tan práctico como un SUV, y que toda familia que quiera un coche potente y de alta gama se inclinaría por modelos como el Porsche Cayenne, un Maserati Grecale u otro SUV premium.  Pero para los que buscan combinar pasión por la conducción y pequeñas necesidades del día a día de la familia, el Mustang, además de atraer las miradas por su diseño deportivo de uno de los Muscle Cars por excelencia -y ser más llamativo que un SUV- puede convertirse en una alternativa única que sorprende y emociona a partes iguales.

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