El coche compartido o car sharing sólo es contemplado por 3 de cada 10 españoles

Con base en un estudio realizado por Cetelem, prácticamente la mitad (51%) de los conductores españoles no cree que los automóviles compartidos sean más ventajosos o económicos que el hecho de contar con un vehículo en propiedad. A cambio, casi la misma proporción de los 2.200 encuestados (49%) considera que esta clase de servicios son la mejor solución para la contención de las emisiones contaminantes y de efecto invernadero, que se traducirán en una mejora sobre el medio ambiente y sobre la calidad del aire en las ciudades. Pero, ¿cuántos están realmente dispuestos a dar el paso?

El sector de la automoción se encuentra en plena transición y esto genera, en muy poco tiempo, la aparición exponencial de nuevas soluciones de movilidad. En concreto, el car sharing es uno de los fenómenos que más crece en este sentido, impulsado en gran medida por la digitalización y por el cambio de tendencia, de necesidades y de preferencias sobre la propiedad de un coche, que pasa de ser un producto para convertirse en un servicio de transporte. En España, grandes urbes como las de Madrid y Barcelona disponen de varias empresas y operadores con miles de vehículos compartidos.

Pese al auge de este tipo de flotas como respuesta a la demanda de los usuarios más jóvenes, el car sharing está todavía muy lejos de suponer una solución de movilidad para el grueso de la población de España y cala despacio o con muchas dificultades entre los conductores maduros. Según el Observatorio Cetelem, apenas un 30% del total dejaría de tener en propiedad un coche para sustituirlo por servicios así. En otras palabras, tres de cada diez personas con esta intención son pocas para que la movilidad compartida represente una mejora perceptible sobre la ecología y nuestro estilo de vida.

El análisis estadístico demuestra y concluye que el grupo de edad entre 18 y 24 años valora el no tener que realizar un gran desembolso para adquirir un vehículo susceptible de depreciación y poder pagar únicamente por el uso del transporte. De este modo, su nivel de ahorro y de liquidez financiera es mayor. Sin embargo, los siguientes grupos de edad se manifiestan más reacios a compartir un producto que consideran personal y cuya propiedad les confiere más flexibilidad y practicidad, además de un estatus social determinado. De hecho, la mitad piensa que le sale a cuenta.

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