Los modelos de Opel que marcaron una época y nunca volverán
25 de enero de 2021 de Javier Montoro
El actual Opel Insignia es el último modelo de Opel construido sobre una plataforma de General Motors. El resto de los productos del fabricante ya cuentan con un chasis compartido con otros vehículos del Grupo PSA (Peugeot, Citroën y DS). Nuestro director editorial, Juan Francisco Calero, ha probado recientemente esta berlina en su acabado Grand Sport con el motor turboalimentado de 2 litros de cilindrada y 200 CV de potencia: uno de los mejores coches de la historia moderna de Opel, probablemente el mejor Insignia que se ha fabricado y un automóvil que cierra una etapa en la marca.
Con motivo de la prueba de conducción del Opel Insignia Grand Sport 2.0T, la última versión de gasolina que se va a producir de este vehículo tal y como se le conoce hoy (en 2022 pasará de ser un sedán grande a un crossover familiar), Juan Francisco Calero ha repasado algunos de los mejores modelos de Opel durante su era moderna y perteneciente al grupo automovilístico americano, General Motors.
Es el caso del Opel Manta, con una estética radicalmente distinta a la que ofrecían el resto de firmas y una buena tradición en el mundo de la competición; del Opel Kadett GTE de primera generación, con 115 CV de potencia y una base que también sirvió para que la marca estuviese presente en varias carreras de automovilismo; el Opel Kadett GSi de segunda generación en su versión de 156 CV, con un sedicioso motor de cuatro cilindros y 16 válvulas que se llegaría a introducir en el primer Astra (el F, su sustituto natural); el Opel Calibra Turbo 4×4, con 204 CV, una aerodinámica adelantada a su tiempo y una disposición interior que le permitía alojar a cuatro personas; o el Opel Omega, con mención especial a su versión desarrollada por Lotus: muy exclusiva y con 380 CV de potencia.
El resto de la lista que ha desarrollado Juan Francisco queda resuelta por el primer Opel GT, el Corsa GSi, el Astra G Coupé Turbo Bertone, el Speedster, el Meriva OPC y este Insignia Grand Sport que sirve de frontera entre lo que fue Opel, una firma con valores firmes y asociados a la deportividad, y lo que es hoy, una marca sin un claro posicionamiento en el mercado que queda a merced de lo que decida sobre ella Stellantis, la nueva corporación que surge de la unión entre los grupos automovilísticos FCA y PSA.