¿Gasolineras cerradas en España? El posible efecto del descuento obligatorio en el carburante

Entre el viernes 1 de abril de 2022 y el jueves 30 de junio del mismo año, todos los consumidores de combustible obtendrán una bonificación de 20 céntimos de euro por cada litro de carburante repostado en su vehículo cuando acudan a cualquier gasolinera. No es una gran cantidad, pero esta medida, que pretende paliar los efectos de la trágica evolución del precio de la gasolina y el diésel, supondrá un ahorro en el corto plazo para los usuarios que realizan más kilómetros. Sin embargo, su aplicación podría tener consecuencias nefastas para el sector de la distribución de los hidrocarburos y más concretamente para las pequeñas gasolineras de marca blanca.

Los propietarios de las estaciones de servicio “low-cost”, representados por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas, han solicitado al Gobierno que retroceda en sus acciones. Denuncian que el método de aplicación de la bonificación en cuestión, efectuado sobre el precio de venta, vulnera la libertad del empresario, derecho que recoge la Constitución Española. Exigen que la rebaja, la cual defienden, se haga vía impuestos. Por el momento, el Ejecutivo no se ha pronunciado al respecto y el decreto entrará en vigor sin modificación alguna.

La nueva norma obliga a todas las gasolineras, independientemente de su tipología y propiedad, a aplicar el descuento de 0,20 €/l en todos los carburantes y a todos los consumidores. Para ello, el Gobierno ha solicitado créditos extraordinarios fuera de las partidas económicas que recogen los Presupuestos Generales del Estado a fin de sufragar la rebaja durante tres meses. Con todo, ese dinero no llegará de inmediato (desde el mismo momento de la aplicación del mandato) a las estaciones de servicio en forma de ayuda o subvención, sino que estas deberán adelantar el dinero a Hacienda. Es algo que no todas las empresas de esta industria se pueden permitir.

Según AESAE, algunos de estos negocios cuentan con márgenes de beneficio inferiores a los 15 céntimos por litro, luego una bonificación de 20 céntimos por adelantado les supondría trabajar con pérdidas. “Los plazos para recuperar la bonificación al cliente no son razonables”, afirma. Lo cierto es que el calendario de devoluciones de la Agencia Tributaria es confuso. Por ello, ciertas federaciones del sector ya han sugerido descontinuar por un tiempo indefinido su actividad, cerrando sus instalaciones a los conductores. Las grandes firmas de estaciones de servicio seguirían abiertas, pero un cierre patronal generaría problemas para los consumidores.

Si una gasolinera decide abrir y no efectúa el descuento previsto, se enfrenta a sanciones que podrían resultar graves, tanto por parte de la Administración como por parte de las denuncias de los consumidores, sobradamente informados. En un contexto en el que los operadores van a ver muy disminuidas sus ganancias o van a tener que perder dinero a causa de una carga financiera insoportable (la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio habla de 1.000 euros al día de sobrecoste), la única opción para algunas compañías es echar el cierre hasta que la situación mejore y los efectos de la guerra de Ucrania se amortigüen.

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