Así se coge correctamente el volante

Si ya sabes cómo sentarte correctamente cuando conduces, algo que va en beneficio de tu salud y de tu seguridad, el siguiente paso es conocer el posicionamiento óptimo de las manos sobre el volante, ya que este hecho puede marcar la diferencia ante un imprevisto. Con un buen agarre, que ha de ser cómodo en todo caso, se obtiene una mayor capacidad de reacción sobre la direccionalidad del vehículo. ¿Cuál es la forma más adecuada para ello? Te lo explicamos.

El primer paso consiste en entender que el volante de un automóvil está diseñado para usarse con las dos manos y sólo con una en situaciones excepcionales, como a la hora de cambiar de marcha (si nuestro coche tiene transmisión manual), bajar las ventanillas o llevar a cabo alguna operación en el sistema multimedia o el climatizador. Algunas de estas acciones se pueden realizar desde el mismo volante si este es multifuncional (cuenta con botones en sus radios). De hecho, el Código de Circulación establece la prohibición de cogerlo con una sola mano. Tampoco para aparcar en línea ni para aparcar en batería.

Aunque la Dirección General de Tráfico indica que la mejor posición de las manos sobre este elemento es “a las diez y diez”, entendiendo esto como una analogía horaria (el aro del volante sería el reloj y las manos las agujas de este), los grandes expertos en la materia consideran más oportuno colocarlas “a las nueve y cuarto”, de modo que queden horizontalmente opuestas y los pulgares reposen sobre los radios. En realidad, los fabricantes desarrollan esta herramienta para la dirección pensando en que se emplee de tal manera.

El principal motivo de esta ubicación es que, cuando se requiere maniobrar bruscamente, el movimiento se produce más rápido y preciso sin necesidad de cruzar los brazos o soltar el aro para contravolantear. Debido a la importancia de este razonamiento, un agente de movilidad puede multarnos con hasta 80 euros (sin retirada de puntos) si no se mantiene la posición estipulada o una muy próxima. Esto implica coger el volante con las dos manos juntas por arriba, lo mismo por debajo, tenerlas apoyadas sobre los radios, mantener la izquierda sobre la puerta o la derecha sobre la palanca de cambios o el reposabrazos, etc.

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