Precio y opinión del Toyota Mirai

Texto por Redacción Carwow 

El mundo está cambiando, y lo está haciendo muy deprisa. La movilidad que hemos conocido durante los últimos 100 años poco o nada tiene que ver con los nuevos formatos de movilidad. El Toyota Mirai es un pionero en la industria de la automoción. Está considerado como el primer turismo de producción en serie impulsado por una célula de hidrógeno. Un formato alternativo que apenas se ha explorado en el mercado. A día de hoy la tecnología es viable, aunque su uso es limitado por culpa de una red de carga prácticamente inexistente.

Debemos considerar al Mirai como un coche muy adelantado a su época. Más como un laboratorio sobre ruedas que como un turismo funcional y real, el Mirai cuenta ya con dos generaciones. La primera de ellas presentada en la década pasada apenas tuvo presencia internacional. La segunda generación se presentó en 2020 completamente modificada con un enfoque más convencional. Su enfoque es tan particular que no tiene ningún rival directo, el modelo más similar es el Hyundai NEXO, que al igual que el japonés emplea el hidrógeno como combustible principal.

Espacio interior

Actualmente el Mirai es el modelo más grande de Toyota, más incluso que el Toyota Camry. De puertas para dentro ofrece un espacio interior muy bien presentado, tanto en materiales como en acabados. En cuanto a habitabilidad, las plazas traseras no son especialmente generosas si tenemos en cuenta el tamaño del coche. Pasajeros de más de 1,75 metros de estatura irán estrechos, aunque sí contarán con muchos elementos de confort como asientos climatizados, salidas de ventilación y calefacción.

Maletero

El sistema mecánico del Toyota Mirai implica una pérdida de espacio interior y de maletero. La presencia de parte del sistema eléctrico limita la capacidad de carga hasta ofrecer un maletero trasero con apenas 321 litros de capacidad. Es un dato más propio de un compacto, por lo que no resulta especialmente interesante para realizar viajes en familia con mucho equipaje. Es el peaje que debemos pagar por contar con la tecnología más eficiente y medioambientalmente sostenible del mercado.

Multimedia

La oferta tecnológica del Toyota Mirai es exactamente igual a la del resto de modelos de la casa japonesa, o incluso más. Destaca una gran pantalla multimedia con control táctil. Con un tamaño de 10 pulgadas, muestra mucha información pero no incluye todas las funcionalidades en ella, ya que Toyota prefiere dividir la climatización en un módulo particular. Permite la conexión vía cable con dispositivos móviles, y el manejo es bastante sencillo, algo habitual en la marca.

Como ya hemos dicho al principio, el Toyota Mirai es un laboratorio sobre ruedas. Poco o nada tiene que ver con el resto de coches que podemos ver por la calle. Aunque sea un eléctrico, no es un eléctrico convencional ya que emplea una célula de hidrógeno como principal fuente de alimentación. La pila de combustible quema el preciado elemento para generar electricidad que alimenta una batería de iones de litio que a su vez sirve como alimentación al motor eléctrico que es el encargado de mover el coche. Sólo está disponible en esta configuración que obtiene la etiqueta CERO de la DGT.

Conducción

El Mirai no sólo es el coche más puntero de Toyota, también es su berlina más grande y lujosa. Eso quiere decir que ofrece los mayores lujos de la casa, aunque sobre todo lo que ofrece es un excelente confort de marcha. En el habitáculo apenas se perciben ruidos o vibraciones que perturben el viaje. La comodidad destaca por encima de cualquier otra característica. La suspensión es blanda, mostrando un notable balanceo de la carrocería al tratar de contener las casi dos toneladas de peso del coche.

Consumo y emisiones

Habitualmente solemos medir los consumos en litros por cada 100 kilómetros o en kWh si hablamos de eléctricos. En el caso de los vehículos de hidrógeno debemos hacer referencia al peso, midiendo el gasto en kilogramos por cada 100 kilómetros. Oficialmente el Mirai consume 0,79 Kg de hidrógeno a los 100 kilómetros. En cuanto a emisiones, la particularidad del hidrógeno es que no desprende gases nocivos a la atmósfera, lo único que sale por el tubo de escape del Mirai es vapor de agua como resultado de la combustión.

Prestaciones

No hablamos del coche más prestacional del mercado, ni nada por el estilo. Con casi cinco metros de largo y dos toneladas de peso, el motor eléctrico trasero tan sólo ofrece una potencia máxima de 182 caballos y 300 Nm de par motor. Las cifras de rendimiento indican una aceleración de 0 a 100 Km/h en 9,2 segundos con una velocidad punta de 175 kilómetros por hora. Al igual que la conducción, nada en el Toyota Mirai incita a correr. Se trata de una conducción tranquila con una respuesta suave y relajada.

Ayudas a la conducción

En términos de seguridad el Mirai no tiene absolutamente nada que desmerecer a cualquier otro turismo convencional del mercado. Los tanques de alta resistencia resisten impactos de consideración sin inmutarse. La dotación de asistentes y ayudas a la conducción permite que cada viaje se realice de forma segura y tranquila. Dispone de elementos importantes como el radar frontal, las cámaras de aparcamiento, el control de crucero, indicadores del ángulo muerto y mucho más. Euro NCAP le otorga las cinco estrellas de seguridad, la máxima puntuación posible, destacando una valoración de 82 puntos sobre 100 posibles en el apartado de asistentes a la conducción.

Tiempo de carga y autonomía

A diferencia de los eléctricos y los vehículos enchufables, la movilidad basada en el hidrógeno permite tiempos de carga prácticamente idénticos a los de un coche térmico. Mediante una manguera, el repostaje no dura ni 5 minutos, resultando completamente natural y sencillo. Con una capacidad de 5,6 kilogramos, los tanques del Mirai proporcionan una autonomía aproximada de 650 kilómetros.

Calificar al Toyota Mirai resulta difícil. Resulta tan especial que debe ser apreciado por lo que es, un coche tan adelantado a su tiempo que hoy es complicado de encasillar. Si tenemos en cuenta la parte más tradicional como automóvil, destaca por su excelente calidad de rodadura, además de por la calidad y el completo equipamiento de su habitáculo. La parte menos positiva es el coste que acarrea la tecnología de hidrógeno: precios elevados, el reducido volumen de maletero y la casi inexistente red de recarga pública.