Europa prepara un Plan de Acción para el sector del automóvil y esta es nuestra propuesta

31 de enero de 2025 de

Disfruta el cambio de coche

La forma más fácil de cambiar tu coche online, totalmente gratis.
Valoración 4,5/5 de 5.371 opiniones

Hacemos una propuesta de ocho medidas que pondríamos en consideración de la Comisión Europea para su Plan de Acción para el sector del automóvil

La Comisión Europea ha puesto en marcha un Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Industria de la Automoción Europea. Así es como ha llamado al objetivo de desarrollar un Plan de Acción que presentará el 5 de marzo y que fue anunciado ayer por Ursula von der Leyen. En un momento en el que el sector enfrenta desafíos creados en gran parte por la propia comisión, desde la electrificación forzada hasta la competencia feroz de los fabricantes chinos, es imprescindible que la UE tome medidas realistas y efectivas para garantizar la viabilidad de la industria automovilística europea.

Objetivos del Plan de Acción:

  • Garantizar acceso a talento y recursos.
  • Fomentar la innovación y el desarrollo de vehículos de nueva generación.
  • Establecer un marco regulador predecible y pragmático.
  • Promover una competencia justa a nivel internacional y facilitar la transición ecológica.

La llegada de Trump al poder parece haber sido el revulsivo definitivo. ¿Será esta la oportunidad de que Occidente vuelva a liderar en sectores clave? Yo tengo mis dudas, pero esta es mi propuesta desde Carwow para Ursula von der Leyen y toda la comisión.

Completa este test y descubre tu coche ideal

A continuación recojo algunas medidas clave que considero que podrían formar parte de este Plan de Acción para fortalecer el sector sin desmantelar la competitividad de los fabricantes europeos.

1. Flexibilizar la normativa de emisiones y posponer la prohibición de los motores térmicos

La normativa actual establece que en 2035 quedará prohibida la venta de coches nuevos con motor de combustión interna. Sin embargo, esta medida puede resultar contraproducente si no se da tiempo suficiente para que el mercado y la infraestructura se adapten. Hay críticos con los fabricantes europeos que dicen que ha habido tiempo de sobra, pero la industria tiene una inercia propia de más de un siglo de antigüedad fabricando coches térmicos, en un continente donde no sobra el espacio físico y sí sobra la regulación. En lugar de una prohibición total, la UE podría optar por un enfoque gradual, favoreciendo mientras tanto que participen tecnologías como los combustibles sintéticos o la hibridación en todas sus variantes.

Además, me parece clave dejar de criminalizar a los usuarios de coches térmicos. En la actualidad, los motores de combustión cumplen normativas de emisiones muy estrictas y los vehículos nuevos son mucho más eficientes y limpios que los antiguos. La edad media del parque automovilístico en España supera los 14,2 años, lo que significa que incentivar la renovación del parque con coches térmicos modernos tendría un impacto inmediato en la reducción de emisiones, sin forzar la electrificación a quienes aún no están preparados para ella. La densidad de población de las grandes ciudades españolas hace difícil para quien no tiene garaje poder cargar sin alejarse de casa. Poner gasolina es cuestión de 5 minutos, aunque requiera desplazamiento. Cargar un coche, no.

2. Proteger la industria europea frente a la competencia

El auge de los coches eléctricos chinos a precios imbatibles ha puesto en alerta a los fabricantes europeos. La industria china tiene una casuística muy particular, con inversión privada y pública que permite abaratar el coste del producto. Y aquí ni siquiera entramos en qué calidad de producto venden, pues es muy heterogénea. Para evitar que la industria local se vea perjudicada, se podrían barajar medidas como imponer aranceles a los vehículos importados desde China y EE.UU. A mí no me gustan, porque afectan al comprador, pero entiendo a Trump al defender su industria. Europa ya lo ha hecho en ocasiones con otros fabricantes, como en los ochenta para defender a Europa del automóvil japonés, que era tremendamente competitivo.

Pros de los aranceles:
✔ Protegerían a los fabricantes europeos de la competencia “desleal”.
✔ Fomentarían la producción local y la inversión en fábricas dentro de la UE.

Contras de los aranceles:
✘ Podrían encarecer los coches eléctricos en Europa.
✘ China podría tomar represalias, afectando las exportaciones europeas.

Una alternativa sería incentivar la producción europea de coches eléctricos sin depender únicamente de barreras comerciales, con ventajas fiscales, reduciendo en todo lo posible la burocracia que ralentiza o frena cualquier avance y mostrando un verdadero apoyo a la industria.

3. Fomentar la fabricación de camiones y autobuses eléctricos en Europa

Actualmente, muchas ciudades europeas están comprando autobuses eléctricos chinos, mientras que los fabricantes europeos tienen dificultades para desarrollar modelos competitivos. La UE podría facilitar que empresas privadas inviertan en la fabricación de autobuses y camiones eléctricos, eliminando trabas burocráticas y agilizando los procesos de homologación.

Además, se necesita una infraestructura de carga adecuada para el transporte pesado. Yo no abogo por la inversión pública, sino por reducir impuestos y simplificar los permisos para que empresas privadas desplieguen redes de carga rápida para camiones y autobuses. El pulmón financiero lo deben poner las empresas de la mano de una política que abrace esa inversión.

4. Crear un marco energético competitivo para la automoción

La electrificación del transporte solo será viable si la energía es barata y estable. Sin embargo, Europa está experimentando un encarecimiento de la electricidad, en parte por el cierre de centrales nucleares en países como Alemania.

Si la industria automovilística depende de una energía cada vez más cara, será difícil que los coches fabricados sean baratos y que los coches eléctricos sean competitivos frente a los de combustión. Es fundamental un marco energético que garantice precios razonables y no castigue a fabricantes y usuarios con costes excesivos.

5. Impulsar una red de carga eficiente sin burocracia innecesaria

Uno de los principales frenos a la electrificación es la falta de infraestructura de carga. Sin embargo, en lugar de financiar directamente estas instalaciones con dinero público, la UE debería facilitar al sector privado la construcción de redes de cargadores, eliminando trabas burocráticas y reduciendo impuestos a las empresas que inviertan en este sector. Una de las principales quejas de las empresas que quieren instalar cargadores rápidos es el exceso de regulación que les lleva a tardar meses en poder activar sus nuevas instalaciones.

6. Facilitar el acceso a materias primas para baterías

Europa depende en gran medida de China para la obtención de litio, níquel y otros materiales clave para baterías. Esto supone un riesgo estratégico que debe abordarse con medidas como:

  • Diversificar el suministro de materias primas con acuerdos con otros países.
  • Fomentar el reciclaje de baterías para reducir la dependencia de nuevas extracciones.
  • Impulsar la investigación en baterías alternativas con menos materiales críticos.

7. Revisar la normativa CAFE y evitar sanciones excesivas a los fabricantes

Las regulaciones actuales obligan a los fabricantes a cumplir con límites de emisiones cada vez más estrictos, lo que puede llevar a multas millonarias si no alcanzan los objetivos impuestos.

Ajustar estos requisitos de forma más realista permitiría una transición más ordenada, sin forzar a las marcas a vender eléctricos a pérdida o retirar modelos populares del mercado sólo porque no cumplen con un criterio impuesto exclusivamente para cumplir con una agenda política.

8. Apostar por combustibles sintéticos y biocombustibles

En lugar de centrarse únicamente en la electrificación, la UE podría considerar los combustibles sintéticos y biocombustibles como una opción viable para reducir emisiones, fomentando en paralelo su utilización mientras el coche eléctrico se asienta en cada mercado. Esto permitiría aprovechar la infraestructura existente de vehículos de combustión sin necesidad de un cambio radical en el sector.

Un plan de acción equilibrado para la industria automovilística europea

Si la Comisión Europea realmente quiere garantizar el futuro del sector automovilístico, debería adoptar medidas que no perjudiquen la competitividad de la industria local ni fuercen a los consumidores a tomar decisiones que no se ajusten a sus necesidades.

Es posible reducir emisiones y modernizar la automoción sin imponer prohibiciones drásticas ni depender de subsidios permanentes. La clave quizás esté en crear un marco regulador más flexible, facilitar la inversión privada y garantizar una energía asequible para que la industria pueda adaptarse de forma sostenible y competitiva. Sin embargo, no sé por qué, tengo la sensación de que no cederán en imponer su agenda, e intentarán solventar la papeleta inyectando millones de dinero público en una suerte de ayudas para las que ya debe haber colas entre los cazadores de subvenciones. Tonto el último.

Si no quieres perderte nada y estar al día de nuestras noticias y vídeos, únete a nuestro canal de Whatsapp para enterarte de todas las novedades de Carwow. Unirse a Whatsapp

Suscríbete al Newsletter Editorial de carwow introduciendo tu email a continuación para recibir actualizaciones con nuestros últimos vídeos, opiniones, noticias y publicaciones de blog.

Podrás darte de baja de estos emails cuando quieras. Una vez te suscribas, estás consintiendo los Términos y Condiciones así como accediendo a nuestra Política de Privacidad