Interior y maletero del MINI Countryman (2021)

Los modelos de MINI son, por lo general, vehículos con un salpicadero en el que el diseño se impone a la función, en el que los primero es la apariencia y después la practicidad. Esto se traduce, por ejemplo, en que la colocación de algunos mandos dificulte su localización y accionamiento o que la posición de la instrumentación no sea la ideal para consultarla. En el MINI Countryman esto sucede, aunque es cierto que en este caso se ha tenido también en cuenta su destino como coche familiar. Así, por ejemplo, la cantidad de huecos disponibles para dejar objetos es más que correcta y varios de ellos tienen un tamaño generoso.

Los asientos delanteros son firmes, confortables y el respaldo sujeta bastante bien el tronco gracias a unos laterales marcados; los bordes de la banqueta son menos abultados y no dan tan buen soporte. Además de las regulaciones tradicionales —longitud, inclinación del respaldo y altura; que pueden ser manuales o eléctricas—, estos asientos delanteros cuentan con la posibilidad de ajustar la extensión de la banqueta, algo que agradecerán las personas con piernas largas, pues podrán apoyar mejor sus muslos.

La postura de conducción es muy buena. El asiento se puede colocar cerca del suelo para ir con las piernas estiradas y no tan flexionadas como en un SUV y el volante (con regulación en profundidad y altura) queda en una posición próxima a la vertical. La visibilidad del exterior a través del acristalado es adecuada para tener un buen control del entorno y de los límites de la carrocería.

El acceso a las plazas posteriores es normal. Las puertas son grandes y al abrirlas queda un hueco amplio, pero hay que tener un poco de cuidado para no golpear la cabeza con el techo al entrar. Esta fila trasera tiene cosas que resultarán muy útiles para una familia, como la posibilidad de deslizar longitudinalmente la banqueta (13 centímetros) y la posibilidad de cambiar la inclinación de los respaldos. En la consola central hay dos salidas de aire y dos tomas USB de tipo C. Los anclajes ISOFIX se encuentran en las plazas laterales. Estas plazas son las verdaderamente cómodas porque la central no solo es más estrecha, sino que además tiene un mullido notablemente más duro.

Medidas interiores frente a sus rivales

En las plazas delanteras hemos medido un espacio normal en relación al tamaño de la carrocería del MINI Countryman y su competencia. El asiento del conductor tiene una regulación en extensión amplia (21 cm), la anchura entre puertas (139 cm) está en la media-baja de su segmento y la altura máxima hasta el techo (99 cm) tampoco es sobresaliente.

En la fila posterior, la cinta métrica nos dice que hay 74 centímetros de espacio longitudinal (para las piernas), lo mismo que medimos en un FIAT 500X y un CUPRA Formentor, un centímetro más de lo que nos encontramos en un Mercedes-Benz GLA y dos más que en un Nissan Qashqai. En un KIA Niro viajaremos mejor a este respecto (75 cm).

La anchura entre puertas (136 cm) es adecuada para llevar a dos adultos sin aprietos y a tres luchando por el espacio a la altura de los brazos. No obstante, esta es una situación que se da en prácticamente todos sus rivales, como el citado Kia Niro, Mercedes-Benz GLA y Nissan Qashqai. En un Formentor es peor todavía, pues hay 5 cm menos de distancia de puerta a puerta.

En lo que respecta al espacio entre la banqueta y el techo, es quizás la peor de todas las cotas. Con 88 cm, aquellas personas que ronden el metro ochenta y cinco o lo superen, no serán capaces de estirarse del todo sin antes golpearse con el guarnecido del techo.

Calidad de acabado

Este es uno de los puntos fuertes del MINI Countryman. Aquí se nota la mano de la empresa que controla MINI, que no es otra que la alemana BMW. Los plásticos de tacto gomoso y agradable abundan. Nos los encontramos cubriendo el salpicadero y las puertas. El tacto de los botones (aunque algunos de ellos sean de difícil acceso) es preciso y robusto. El tapizado de los asientos (sea el de tela o cuero) se sienten de calidad al tacto.

También nos gustan las posibilidades de personalización que ofrece MINI para decorar el interior. Hay una interesante gama de molduras ornamentales diferentes al plástico negro brillante que dan un toque diferenciador al habitáculo. Por último, cabe destacar que el ajuste de las piezas es de alto nivel, con franquicias pequeñas y sin ningún tipo de ruidos malsonantes durante la circulación.

Multimedia

La instrumentación puede ser tradicional de agujas o de pantalla de 5,0 pulgadas. La de pantalla le da al interior un toque más moderno y actual, pero no supone un gran cambio en cuanto a abundancia de información y personalización. Y es que el grado de configuración de esta instrumentación es prácticamente nulo. Es una pena y una oportunidad perdida por parte de MINI para darle a este coche un punto diferenciador.

En opción y según el nivel de equipamiento, hay disponible un head-up display. Sobre una lámina de plástico que se despliega en la parte superior del salpicadero, un proyector plasma información a color como la velocidad, la lectura del sistema de reconocimiento de señales y las indicaciones del navegador.

En lo que respecta al sistema multimedia central, este siempre se trata de una pantalla de 8,8 pulgadas inserta en una gran círculo que en generaciones anteriores constituía el velocímetro. El nombre del multimedia es Mini Visual Boost 8,8 y utiliza el hardware y software de BMW, algo que se aprecia nada más ver el entorno gráfico y los mandos de manejo. Esto es algo positivo, pues la facilidad de uso e interacción es de las mejores del mercado. Hay muchos menús por los que navegar, pero bien sea tocando directamente en la pantalla (pues es táctil) o con el mando circular tipo iDrive que hay entre los asientos, uno encuentra con facilidad lo que busca.

A todo ello se suma una pantalla de gran calidad y definición, con un tratamiento superficial que permite ver toda la información sin importar dónde esté situado el sol. Ahora bien, no todo es perfecto dentro del sistema multimedia Mini Visual Boost. Para empezar, el tamaño de la pantalla se ve algo pequeña en comparación con lo que ofrecen actualmente muchos competidores, que superan las 10 pulgadas, como en el Mercedes-Benz GLA.

Por otra parte, este sistema multimedia es compatible con los protocolos Android Auto y Apple CarPlay, pero siempre se necesita un cable para conectarse al smartphone, no está preparado para la conexión inalámbrica, algo que poco a poco se está convirtiendo en un estándar.

El MINI Countryman tiene un volumen de carga de 450 litros y, si se abaten los asientos traseros, de hasta 1390 litros (siempre que utilicemos la altura completa hasta el techo, para lo cual será imprescindible colocar una red de separación de carga). En el maletero hay las habituales soluciones destinadas a una mejor organización y sujeción de la carga como perchas, argollas, redes y cintas elásticas. También hay una toma de mechero de 12 voltios y, en opción, una manta protectora para evitar dañar el parachoques al introducir maletas u otros objetos voluminosos. La apertura del portón puede ser manual o eléctrica.

En relación a sus alternativas, el MINI Countryman se halla muy bien situado. Veamos, un Mercedes-Benz GLA (que tiene una carrocería 11,3 más larga) tiene 435 litros, mientras que un Skoda Kamiq y un Jeep Renegade se conforman con 400 y 351 litros respectivamente. De hecho, no hay actualmente ningún SUV/crossover de menos de 4,35 metros de longitud que tenga más maletero que el MINI Countryman. Si queremos más espacio deberíamos optar por coches como el BMW X2 (470 l) o el Skoda Karoq (521 l).