Precio y opinión del Renault Megane Híbrido Enchufable

Cuando uno piensa en el segmento de los compactos en Europa surgen en la mente una serie de modelos catalogados como referencia: Volkswagen Golf, SEAT León y Peugeot 308 son unos de ellos, pero también podríamos sumar el Renault Mégane. Con el deber de sustituir al viejo Renault 19, el Mégane aparece en escena a mediados de la década de los 90, convirtiéndose rápidamente en uno de los modelos más vendidos de la categoría. Desde aquella primera generación cuatro ediciones han pisado el asfalto, la última de ellas presentada en 2015 sufre una actualización en 2020.

Entre las novedades de esa revisión de media edad, el Renault Mégane introduce las versiones híbridas enchufables con la etiqueta CERO de la DGT, tratando así de mantenerse actualizado y al corriente de las nuevas exigencias del mercado. Recientemente ha surgido en el mercado el Renault Mégane E-TECH eléctrico, que absolutamente nada tiene que ver. En ese caso hablamos de un modelo 100% eléctrico con plataforma diferente y un tamaño 16 centímetros inferior, considerándose como un modelo del segmento B.

El Mégane PHEV emplea la versión más antigua de la plataforma CMF-C de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. Se trata de una arquitectura que ha ido sufriendo modificaciones para así poder incorporar versiones electrificadas, como es el caso que nos ocupa. A pesar de las novedades, el tamaño se mantiene en cifras ideales para el segmento de los compactos: 4,36 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,45 metros de alto. A esas cotas hay que añadir una distancia entre ejes de 2,67 metros y un peso de 1.605 kilogramos, 300 más que la versión correspondiente con motor de gasolina.

A pesar de que los años pasan muy bien en cuestión de diseño, el Mégane sufre una excesiva antigüedad si tenemos en cuenta los modelos más modernos de la categoría. Donde más sufre es en el apartado de la tecnología, aunque la actualización de 2020 incluye sistemas de última generación. La presentación del interior también es buena, tanto en materiales como en disposición, destacando por encima de todo la posición vertical de la pantalla principal del sistema multimedia, formato habitual en todos los modelos de la casa.

La gama mecánica del Mégane incorpora motores de gasolina y diésel, además de una única versión híbrida enchufable que es en la que nos centramos. Cuenta con un motor de gasolina y dos eléctricos que se alimentan de una batería de gran capacidad que ofrece generosas autonomías eléctricas. Gracias a ello la DGT le otorga la pegatina CERO, lo que supone importantes ventajas no solo a nivel fiscal, también a nivel de usabilidad y economía.

Espacio Interior

La plataforma del Mégane ofrece mucha versatilidad al poder aprovecharse en varios modelos, pero en este caso no es capaz de ofrecer el mismo espacio interior que sí podemos ver en otros rivales de la categoría. Las plazas delanteras disfrutan de muchas comodidades, pero la banqueta trasera es algo estrecha para pasajeros de más de 1,80 metros de estatura. La puerta no abre en exceso y entrar y salir puede resultar algo complicado para personas con menos movilidad. Aunque homologa una capacidad para cinco ocupantes lo mejor no será ocupar la plaza central por la estrechez que presenta.

Maletero

Como pasa con muchos otros híbridos enchufables cuya plataforma no ha sido adaptada, el Renault Mégane PHEV pierde muchos litros de maletero con respecto a los modelos térmicos. El volumen mínimo anunciado es de 261 litros, una capacidad normal de un utilitario de menor tamaño. Opcionalmente Renault ofrece una carrocería familiar, el Mégane Sport Tourer con carrocería extendida y en cuya versión híbrida enchufable ofrece un volumen mínimo de 389 litros.

Multimedia

Hay que reconocer que los diseñadores de Renault hicieron un muy buen trabajo cuando crearon el habitáculo del Mégane. A pesar de contar con unos cuantos años encima ha sabido soportar muy bien el paso del tiempo e incluso a hoy mantiene los estándares modernos. La actualización de 2020 introduce un cuadro de instrumentos digital y una mejora en la pantalla principal del sistema multimedia. Con 9,3 pulgadas de tamaño y formato vertical, muchas funcionalidades se gestionan a través de ella, incluyendo apartados, gráficos y menús específicos para la variante híbrida enchufable. La climatización se mantiene un módulo separado, lo que supone una gran ayuda.

Tan sólo está disponible una versión híbrida enchufable para el Renault Mégane. Se trata de un conjunto que combina un motor térmico de gasolina con cuatro cilindros y 1,6 litros de cilindrada que por sí solo desarrolla 91 caballos de potencia y 144 Nm de par motor. A él se acoplan dos motores eléctricos, uno como intermediario entre el motor y la caja de cambios y otro capaz de mover el coche con una potencia de 67 caballos y 205 Nm de par. A máximo rendimiento ofrece 160 caballos de potencia. El último elemento es una batería de iones de litio con una capacidad neta de 7,5 kWh.

Conducción

A lo largo de sus generaciones el Renault Mégane ha ofrecido siempre un excelente compromiso entre dinamismo y confort. La versión híbrida enchufable se inclina más hacia el lado de la comodidad por unas prestaciones limitadas y por un peso elevado. Se trata de un coche tranquilo, con el que los recorridos urbanos trascurren sin que el motor de combustión entre en funcionamiento. A velocidades altas destaca el aplomo y el trato agradable, aunque en un tramo más técnico saca a relucir un chasis que no está específicamente desarrollado para contar con un sistema híbrido enchufable de este tipo. A pesar de ello destaca una vez más el comportamiento neutro general.

Consumos y emisiones

Renault siempre ha sido uno de los fabricantes que más se han esforzado en reducir los consumos de sus coches. Con versiones diésel y gasolina capaces de ofrecer largas autonomías gracias a sus bajos consumo, el Mégane PHEV anuncia un consumo medio homologado de 1,2 litros por cada 100 kilómetros. Hay que considerar este dato como teórico ya que en una conducción real el gasto medio se eleva hasta cifras próximas a los 6 litros. Un dato elevado pero que entra dentro de lo razonable para la mecánica y el rendimiento.

Prestaciones

Si buscamos prestaciones en el Mégane el RS será la opción más recomendable, pero en este caso hay que tener en cuenta que el Mégane PHEV apuesta principalmente por la eficiencia. Cuando los motores trabajan conjuntamente la respuesta es buena y suficiente, pero cuando la batería se agota el pequeño motor térmico tiene que hacer todo el trabajo. Con apenas 91 caballos de potencia se queda corto en recuperaciones, aunque el sistema siempre guarda una parte de energía eléctrica para servir de soporte.

Ayudas a la conducción

La seguridad siempre ha sido muy importante para Renault. Ellos fueron de los primeros en estrenar las cinco estrellas Euro NCAP,  las misma valoración que obtiene el Mégane con una puntuación de 71 sobre 100 en asistentes a la conducción. La lista de elementos destaca por la presencia de asistentes como: radar de proximidad, control de crucero adaptativo, cámaras de aparcamiento, sensores perimetrales, lector de señales de tráfico, alerta del ángulo muerto y aviso de salida involuntaria del carril, entre otros.

Tiempos de carga y autonomía

Con el Renault Mégane PHEV no es posible disfrutar de cargas eléctricas de alta velocidad. La potencia en corriente alterna se limita a un máximo de 3,7 kW, lo que supone un tiempo de carga completa de aproximadamente tres horas. En una toma doméstica de 230 voltios el tiempo puede extenderse hasta las cinco horas. Son plazos correctos que permiten aprovechar al máximo la franja más económica de la tarifa de la luz.

La aparición de nuevos y más modernos rivales ha provocado que el Mégane caiga en el olvido entre los compradores europeos. A pesar de ello sigue siendo un compacto de referencia. El Renault Mégane PHEV cuenta entre sus ventajas con la etiqueta CERO, el confort de marcha y el equilibrio en su comportamiento, aunque pierde en cuestiones de precio, habitabilidad y prestaciones.