Al volante del Mitsubishi Outlander PHEV: todo lo que por fin está bien en el segmento, desde 48.300 euros

La semana pasada probé el nuevo Mitsubishi Outlander PHEV. Hacía más de 5 años que no conducía un Outlander híbrido enchufable y llevaba en la memoria el recuerdo de aquel coche, que se mantuvo durante muchos años en el mercado recibiendo periódicamente actualizaciones. Pecaba por entonces de un defecto habitual en los PHEV que poco a poco ha ido mejorando: cuando la batería se descargaba, perdía mucha de su potencia útil. Actualmente son pocos los híbridos enchufables que tienen este problema, aunque siempre se nota en determinadas circunstancias que hay una pérdida de rendimiento entre ir con la batería cargada y descargada.

¿Por qué sólo hay versión híbrida enchufable del Mitsubishi Outlander?

El nuevo Mitsubishi Outlander PHEV comparte plataforma con el Nissan X-Trail. Esto, por sí solo, ya me parecía una buena noticia porque el X-Trail ha sido uno de los SUV de su tamaño y precio que más me ha gustado. Las diferencias son grandes, porque mientras Nissan emplea motores híbridos convencionales, Mitsubishi opta por la hibridación enchufable. Según un responsable de la marca, la razón es sencilla: es mejor para una marca pequeña como Mitsubishi competir en un nicho (el de los SUV grandes PHEV) poco concurrido, que diversificar su gama y hacer un producto menos refinado para competir con más rivales (el de los SUV grandes con y sin hibridación no enchufable). Y después de probar el Outlander, puedo estar de acuerdo.

Los mejores SUV híbridos enchufables

Al volante del Mitsubishi Outlander PHEV

El Mitsubishi Outlander PHEV es un buen coche en un sentido amplio de la palabra. Cuando entras percibes un toque de refinamiento acorde al precio. Hay cuero de buen aspecto, equipamiento generoso y una amplitud acorde al tamaño del coche. Y cuando se pone en marcha la insonorización y el filtrado de todo están bien trabajados. No es un SUV barato, pero tampoco lo son sus competidores y frente a los tres primeros que se me vienen a la cabeza resulta competitivo: el Skoda Kodiaq, que es 4.000 euros más barato, mide lo mismo pero tiene 102 caballos menos; el Toyota RAV4, que cuesta casi igual, tiene casi idéntica potencia pero es 12 centímetros más corto; y el Mazda CX-60, que tiene 24 CV más, mide lo mismo y cuesta 5000 euros más. Y frente a todos el Mitsubishi tiene la segunda mejor autonomía eléctrica homologada (86 km). Aquí tienes una tabla comparativa breve, con los precios sujetos a financiación.

Mitsubishi Outlander PHEV 4WD	Skoda Kodiaq 1.5 TSI iV PHEV 204 CV DSG	Toyota RAV4 Plug-in Hybrid 220PH	Mazda CX-60 e-SKYACTIV PHEV
306 CV	204 CV	309 CV	328 CV
Autonomía eléctrica 86 km	Autonomía eléctrica 123 km	Autonomía eléctrica 75 km	Autonomía eléctrica 64 km
Maletero con 495 l	Maletero con 745 l	Maletero con 520 l	Maletero con 570 l
Desde 44.300 €	Desde 40.593 €	Desde 44.385 €	Desde 49.954 €

Durante mi prueba de conducción obtuve una media de consumo eléctrico de 20,0 kWh/100 km circulando por un trayecto que combinaba vías de circunvalación, callejeo por grandes avenidas y un poco de autovía, siempre a velocidad legal y al ritmo del tráfico. Es decir, en un uso muy cercano al que se podría hacer para salir de la ciudad en modo eléctrico, con ese consumo cabría esperar prácticamente clavar el consumo homologado y alcanzar 84 km antes de que el motor de gasolina arrancase. Este cálculo está hecho teniendo en cuenta que la batería del Mitsubishi Outlander PHEV tiene 16,8 kWh de capacidad útil (22,7 kWh de capacidad total). Esa reserva de batería que queda garantiza que el coche no pierda prestaciones cuando se descarga la batería y se le exige la máxima potencia, algo de lo que sufría ostensiblemente el antiguo Outlander PHEV.

El confort de marcha es bueno sin ser superlativo. El Skoda Kodiaq, que fue el último que probé, me pareció más preciso en curvas y más cómodo en general, pero por una diferencia pequeña. Con el Mazda CX-60 no me pareció, por el contrario, que su mayor precio estuviese justificado frente al Mitsubishi. Puede que el habitáculo parezca más lujoso, pero el resto del coche cumple de manera similar y su autonomía es notablemente inferior.

En curvas el Outlander se defiende bien porque ante todo ofrece sensación de ir seguro. No es muy ágil cuando vienen muchas curvas, pero tampoco es un tipo de coche pensado para ir exprimiendo sus 306 caballos. Si lo haces, notarás que no te falta potencia para adelantar a otros coches, aunque vayas ligero. Lo bueno es que acelera silenciosamente incluso cuando le pisas a fondo y ambos motores se emplean con todas sus fuerzas. Simplemente es un coche bien aislado en todos los sentidos, lo que permite viajar relajadamente al ritmo que te apetezca, que es como se disfruta este tipo de SUV. El tacto del freno es correcto, el adecuado, sin que se produzca esa desagradable sensación esponjosa que tienen muchos PHEV cuando te aproximas a otro coche y tienes que pisar más de lo que desearías.

Una de las grandes desventajas del Outlander PHEV es que sólo se puede cargar en corriente alterna a una potencia baja, 3,5 kW, claramente inferior a la que admiten sus rivales. Por el contrario, admite carga rápida a 50 kW, algo que sólo el Skoda puede igualar, pues ni el Toyota ni el Mazda lo permiten.

Galería de fotos del Mitsubishi Outlander PHEV

Aquí tienes una selección de imágenes del Mitsubishi Outlander PHEV en color Moonstone Grey durante nuestra prueba de conducción.

Si no quieres perderte nada y estar al día de nuestras noticias y vídeos, únete a nuestro canal de Whatsapp para enterarte de todas las novedades de Carwow. Unirse a Whatsapp

Suscríbete al Newsletter Editorial de carwow introduciendo tu email a continuación para recibir actualizaciones con nuestros últimos vídeos, opiniones, noticias y publicaciones de blog.

Podrás darte de baja de estos emails cuando quieras. Una vez te suscribas, estás consintiendo los Términos y Condiciones así como accediendo a nuestra Política de Privacidad